La
empatía y la
aceptación incondicional son condiciones necesarias a la hora de
tratar con el cliente para poder expresarse libremente sin sentirse amenazado y pueda
así conocerse profundamente y decidir siendo plenamente consciente y responsable
de lo que conlleva cada decisión.
La
consciencia y las emociones se vuelven centrales en la psicoterapia humanista. La
primera porque sólo en ella puede darse el ejercicio de la libertad y el
autoconocimiento. Y las segundas porque son de las que depende nuestra felicidad o
sufrimiento, pero muchas veces nos desbordan y son objeto de la censura social y
personal. De ahí que sea muy importante centrarse en el
aquí y ahora, como la mejor
forma de aumentar la consciencia de los más sutiles procesos emocionales y poder
hacernos cargo de ellos.